Siguiendo las leyes de maduración nerviosa (céfalo-caudal y próximo-distal), el esquema corporal según Ajuriaguerra se estructura en tres períodos:
Nivel vivenciado. Abarca hasta los tres años y Le Boulch lo llama cuerpo vivido, se caracteriza por un comportamiento motor global, las emociones están mal controladas y son éstas y las necesidades biológicas las que provocan la motricidad. Hasta los tres meses no se diferencia el cuerpo con el de la madre y poco a poco, y por medio del diálogo tónico que se establece con la madre, se llega a la marcha y a las primeras coordinaciones, los mayores progresos son en el plano postural, es un esquema corporal fragmentario y parcelario. Se toma conciencia del propio yo y se adquiere el lenguaje, elemento determinante en el aprendizaje y la relación con los demás.
Nivel de discriminación perceptiva. Abarca de tres a siete años y Le Boulch lo denomina cuerpo percibido. Se produce un perfeccionamiento de la motricidad global basado en las experiencias de tanteo, surge el predominio lateral y el control postural, hay percepción del propio cuerpo y puede dirigir su atención sobre la totalidad del cuerpo y sobre cada uno de los segmentos. A partir de los seis años afirma la lateralidad, tiene conocimiento de izquierda y derecha y puede controlar la respiración.
Nivel de representación mental. Abarca hasta los doce años y Le Boulch lo denomina cuerpo representado. Gracias a la toma de conciencia del cuerpo y sus segmentos se consigue la independencia de los brazos y piernas con respecto al tronco, se puede relajar de forma global y segmentaria, puede interiorizar las posibilidades de movimiento, llegando a un esquema corporal dinámico o de acción, lo que Le Boulch llama cuerpo operativo, que considera el objetivo principal de la educación psicomotriz.
Para alcanzar esta última etapa es necesario:
-Bagaje de experiencias.
-Clima emocional adecuado.
-Esquema corporal estático definido.
-Percepción y estructuración espacio-temporal.
Nivel vivenciado. Abarca hasta los tres años y Le Boulch lo llama cuerpo vivido, se caracteriza por un comportamiento motor global, las emociones están mal controladas y son éstas y las necesidades biológicas las que provocan la motricidad. Hasta los tres meses no se diferencia el cuerpo con el de la madre y poco a poco, y por medio del diálogo tónico que se establece con la madre, se llega a la marcha y a las primeras coordinaciones, los mayores progresos son en el plano postural, es un esquema corporal fragmentario y parcelario. Se toma conciencia del propio yo y se adquiere el lenguaje, elemento determinante en el aprendizaje y la relación con los demás.
Nivel de discriminación perceptiva. Abarca de tres a siete años y Le Boulch lo denomina cuerpo percibido. Se produce un perfeccionamiento de la motricidad global basado en las experiencias de tanteo, surge el predominio lateral y el control postural, hay percepción del propio cuerpo y puede dirigir su atención sobre la totalidad del cuerpo y sobre cada uno de los segmentos. A partir de los seis años afirma la lateralidad, tiene conocimiento de izquierda y derecha y puede controlar la respiración.
Nivel de representación mental. Abarca hasta los doce años y Le Boulch lo denomina cuerpo representado. Gracias a la toma de conciencia del cuerpo y sus segmentos se consigue la independencia de los brazos y piernas con respecto al tronco, se puede relajar de forma global y segmentaria, puede interiorizar las posibilidades de movimiento, llegando a un esquema corporal dinámico o de acción, lo que Le Boulch llama cuerpo operativo, que considera el objetivo principal de la educación psicomotriz.
Para alcanzar esta última etapa es necesario:
-Bagaje de experiencias.
-Clima emocional adecuado.
-Esquema corporal estático definido.
-Percepción y estructuración espacio-temporal.
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